domingo, 2 de septiembre de 2012

Una obsesión llamada esmalte de uñas

Creo que con el tema que hoy escribo, no estaré inventando el hilo negro, ni aportando nada nuevo al mundo femenino. Pero para mí, fue el significado de pasar de la vida de mamá, a la del glamour que todas las mujeres experimentamos en el amplio espectro del colorido en la moda de uñas.

Desde hace unos tres años, apróximadamente, cuando mi hija menor cumplió los tres añitos, volví a tener un poco más de tiempo para mí. Algo tan insignificante, como pintarse las uñas, estaba un poco olvidado en mi vida maternal.


¡Nunca pensé tener uñas azules! Se los juro


Cómo empecé de nuevo con este pasatiempo


Todavía recuerdo cuando estaba embarazada de mi primera hija. En la documentación del hospital alemán en dónde iría a atenderme, pude leer la recomendación de no usar esmalte de uñas, por cuestiones de higiéne, y por si acaso se usará una sonda intravenosa en caso de complicación. Desde entonces, se guardaron todas las botellitas de esmalte de uñas en nuestro hogar.

Gama de colores de O.P.I. en mi caja de belleza


Nació mi segunda hija y seguí sin actualizar mi surtido de colores. Más bien, empecé a tirar los frasquitos viejos. Ya daba un poco de pena abrirlos y ver su consistencia. - Algún día volveré a comprarme nuevos colores, pensaba en aquél entonces.

Y dicho y hecho. Fue entonces que la mercadotecnia de muchos medio impresos alemanes, volvió a rondar mi cabecita y por todos lados empecé a ver anuncios de la marca O.P.I., que presentaba no sólo colores, sino productos nacionalistas en los colores más atractivos. En Suiza, esta marca todavía no tenía mucha presencia, situación que ha cambiado por completo.

Pero fue en nuestro primer viaje a Hong Kong, dónde conocí de cerca esta marca. Fue ahí dónde compré un esmalte con el nombre de Hot and Spicy, en la sección de cosméticos de un farmacía de esta ciudad.

De la Colección Alice in Wonderland.
 Los favoritos de mis hijas


A mi regresó, investigué en Internet más sobre esta marca, y me di cuenta que O.P.I., ha lanzado en cada uno de sus productos, un homenaje a países como México, Francia, Holanda y Suiza. La última colección es sobre Alemania. Ahí empecé a comprar más colores de esta compañía, e incluso compré una presentación de cuatro colores miniaturas, sobre la película de Alice in Wonderland. Por cierto, qué ¡colores más locochones! Mis hijas me suplican que les pinte las uñas de sus piecitos con un tono azul de brillitos.


Mi regalo de cumpleaños. Colores:
Yodel on my Cell, Cozumelted in the sun, sin nombre y
Penny Talk, de las marcas O.P.I., Douglas y Essie

El color que más me gusta de O.P.I, es el de Meet me on the Star Ferry. ¡Qué recuerdos me trae esta visita al barco que une a la Isla de Hong Kong, con Kowloon!  Cómo ven, la mercadotecnia funciona, al menos conmigo. Soy una buena conejilla de indias para mi esposo, porque esta es su profesión.

En fin, para mi cumpleaños en junio, no pude dejar de desearme otra cosa que dos nuevos colores de la colección. Cozumelted in the sun, de la colección Mexico y Yodel on my cell, de la colección Suiza.
¡Que mejor regalo, considerando oriunda del primer país, y mi esposo del segundo!


O.P.I. tiene competencia


Bueno, el tiempo pasaba y mi nuevo viejo pasatiempo, seguía desarrollándose. Empecé a conocer otras marcas, como Essie, de una emprendedora americana llamada Esther Weingarten, quien siguiendo los pasos de O.P.I., empezó a crear nombres atractivos a sus innovadores esmaltes.


Mis esmaltes de Essie

También he probado nuevas marcas. De seguro, ustedes mis lectoras, también son adictas a este pasatiempo y se han dejado seducir por esos colores, azules, verdes, amarillos y de mil tonos que las tiendas nos ofrecieron este verano.


De vez en cuando hay que ir al estudio, de ahí se aprende mucho
sobre el cuidado de las uñas. Estas son mis útiles herramientas

Pues así, una vez que visitaba Alemania, conocí la marca Essence. El primer esmalte que compré de esta compañía fue uno amarillo de la colección Snow White, y después le siguió uno especial para las uñas de los pies en color rojo brillante. También le compré unos a mis hermanas, ahora que viajé a México en verano.

De la marca alemana Douglas, también he adquirido un color azul metálico, así como de la compañía Artdeco. Entre ésta marca y O.P.I., puedo decir que se basa mi colección de colores.

Haciendo una comparación de la calidad, puedo presentarles mis resultados.


Comparando resultados


Ustedes como yo, estarán de acuerdo que lo básico en un esmalte de uñas, además de su color, es su resistencia al agua. Especialmente si no se quiere dedicar horas y horas al mantenimiento del color. Por eso, les presento mi veredicto en el tema permanencia del color. Claro, para que mis uñas estén bonitas, las consiento con un aceite para la cutícula y antes del barniz de color, utilizo una base y al final un barniz transparente. Esto para que el color dure más tiempo y para no dejar arañazos en muebles y paredes.


Esmalte Essence, línea Snow White

Número 1: Essence
Número 2: Douglas
Número 3: Essie
Número 4: O.P.I.
Número 5:Artdeco

Sí, así como leyeron. Adiós O.P.I., no me tentarás de nuevo con tus nombres sentimentales. Aunque quién sabe, igual y sacan uno con un nombre norteño de mi ciudad de origen en Nuevo León. Algo así Machacado con O.P.I., y ahí estaré haciendo fila para comprarlo.


Artdeco, sin nombre. Identificables sólo por número

Hechos más que sentimientos. ¿Pueden ustedes creer, que el más barato es el más duradero? Sí, por un producto de O.P.I., he llegado a pagar hasta 24 Francos Suizos. En cambio, por el de Essence, pago apróximadamente 7 francos (en Alemania me cuesta mucho más barato).

El esmalte de uñas de la tienda Douglas cuesta 6.90 Francos. Mientras que el de Essie cuesta entre unos 16 y 22 francos. Esssie y O.P.I, han desarrollado una mercadotecnia de exclusividad, pues no se pueden encontrar en cualquier lado. Pero las cosas cambian, porque la compañía L´oreal ha comprado el invento de la sra. Weingarten y muchas tiendas de Alemania, como la cadena de farmacías DM, la ofrece en sus aparadores. Los productos llegan más rápido al consumidor.

Hace 3 años, O.P.I. no se adquiría en todos lados. Mis primeros productos los compraba en aeropuertos o por Internet. Hoy en día, la compañía Douglas en Basilea, los tiene al alcance rápido del consumidor. ¡Ventas, ventas, ventas!

Artdeco tiene bonitos colores, que se venden por número, y no por nombre. La calidad del esmalte no es mala, pero la consistencia es la que no me gusta. No es fácil de aplicar y seca muy rápido, que no está mal, pero no debe de ser, mientras se aplica. Su precio por esmalte es de casi 18 Francos Suizos.


¡Qué sufrimiento, mejor ve a que te hagan un manicure!

Definitivamente, esta es una gran solución para ahorrarse tiempo. Una amiga me ha pasado el teléfono en un estudio en Basilea a dónde ella va. Le hacen el famoso manicure con Gel. Su estilo favorito, el francés. Para las uñas de los pies, el color rojo.  Y bueno, ya me estaba animando.


¿A quién no le gustan los tonos rojos?
 O.P.I.,  Big Apple Red

¿Y por qué hablo en tiempo pasado? Pues ahora que fui a Cancún, México, he visto muchas chicas con el manicure de Gel. Sí se ve hermoso, pero artificial. Claro que dura como por dos semanas, o más, hasta que una misma se tiene que sentar a quitárselo con una acetona especial. Por lo pronto seguiré disfrutando a mi antojo del color que en ese momento me enamore y no tenga que esperar tanto para cambiarme el color de las uñas de las manos.


Súper calidad y mis colores favoritos este verano:
Essence línea Snow White.
Buenos, bonitos y baratos

Claro que no puedo negar que es maravilloso ir a un salón a que te hagan pedicure. A finales de julio fui aquí en Basilea a un centro que ya he visitado anteriormente. Sí, me gustó mucho el pedicure, pero quedé contentísima de ver la nueva forma de las uñas de mis piés. Creo que de vez en cuando, ir al manicure o pedicure, no hace daño y la chica lo hizo mejor que yo. Además, es súper relajante.

El rojo, especial para las uñas de los pies, por su duración
y el Fruty con brillitos, para las uñas de los pies de mis hijas

Empecé de nuevo a pintarme las uñas, después de mi maternidad, una tarde lluviosa de invierno. Afuera estaba todo gris y deprimente, hasta que abrí el frasco y un color rojo Scarlet bailó sobre las uñas que gracias a las hormonas del embarazo estaban largas y resistentes. Cómo recordaré aquél día. Es hermoso ser mamá, pero lo es también sentarse a consentirse una misma. Y para las que tenemos hijas, es un placer ver cómo van aprendiendo de la coquetería de ser mujer.


El huerfanito de la marca Douglas. Azul metálico


Bueno, las dejo porque tendré que irme a cambiar el color de uñas. Esta semana usé el azul de la colección O.P.I. Swiss. ¿Cuál será el siguiente? No lo sé, tendré que ver cómo está mi ánimo. Probablemente uno de color de chocolate, perfecto para el otoño, que parece que este fin de semana nos visita en Basilea.

Hasta la próxima, y que disfruten su manicure, ya sea que se los hagan en el salón, o que ustedes lo realicen.


martes, 3 de julio de 2012

El vestido de Josefina

Ya pasó la elección presidencial en México. Una tristeza el regreso del PRI. Casi todas las inconformidades y críticas  están dichas en todos los medios de comunicación y en las redes sociales. Mi deseo es que suceda un milagro que cambie este resultado.

Lo único que yo quisiera comentarles en este de la moda, lo que te acomoda o te enamora,  es de las damas participantes en esta elección. Por supuesto, Josefina Vázquez Mota, la candidata panista y la actriz, Angélica Rivera. Sí, antes de que me lluevan los abucheos, la tomo de ejemplo, porque mucho se ha hablado de la futura primera dama de México. Sí así es, nos guste o no.

Empecemos por esta última (aquí les dejo la galería de fotos de los candidatos):


http://www.quien.com/fotogalerias/2012/07/01/os-candidatos-votaron-junto-a-sus-familias


Antes de la crucial batalla presidencial, esta mexicana, actriz de Televisa, fue analizada minuciosamente por la sociedad. La manera en que acabó casada con Enrique Peña Nieto y su gradual y radical imagen.
Todos recordamos el cambio de look de Rivera de chica fresa, con las minifaldas de sus traje de dos piezas, de sus pantalones ajustados por las faldas a la rodilla y su moda aseñorada.
Ah, y no se nos olvide su look de Gaviota, por favor. Pero esto, ya pasó a la historia.

Pues me llamó la atención ver las fotos de los medios impresos en internet. En su pantalón negro, haciendo juego con su saco estilo tweed de color beige con ribetes grises. No cabia duda, los encargados de la imagen corporativa de la familia del candidato, cumplieron su objetivo. Se nos estaba presentando la familia perfecta.  Bueno, al menos nos lo quieren hacer creer.

Por otro lado, cuando vi las imágenes de la candidata del pan, haciendo uso de su derecho y obligación electoral, lo primero que me llamó la atención fue su vestido. Es el vestido de Kate Middleton, en su anuncio de compromiso matrimonial. Quién no lo recuerda. Elegante vestido color azul, no un azul marino, azul turqueza, no, azul royal. Con un elegante y moderno nudo en el pecho. Todas quisimos el mismo, por lo menos su servidora. Me enamoré de este estilo.

Este vestido le ha dado la vuelta al mundo. De la compañía inglesa Issa, con un precio de 8,700 pesos, aproximadamente. Es una mezcla de seda con jersey y la actual Duqueza de Cambridge, se veía fenomenal y radiante. Lució espectacular, antes de esa bajada radical de peso que veíamos en las fotos posteriores al evento, antes de la boda.

Cuando le vi el vestido a Josefina, me pareció una súper elección. Nos estaba transmitiendo lo especial que ese día era para ella. Yo se lo interpreté como su talismán de la buena suerte. Probablemente es una de las muchas imitaciones que circulan por el mundo. No creo que se trate del original, porque existen diferencias en los estilos de los nudos. A diferencia de Rivera, creo que Josefina sí encaja con ese molde de mujer moderna y prueba de ello, es el atuendo de estas dos mujeres.

En fin, creo que la futura primera dama dará mucho de qué hablar. Estoy segura que muchas mexicanas la verán como su modelo a seguir, y como he leído por ahí en el internet, las novelas de Televisa seguirán embriagando al pueblo mexicano, aunque nos desagradé por completo.

Para concluir el tema frívolo de la contienda electoral, lo que quiero decirles es, ¡Arriba Josefina!
¡Nos vemos en la próxima! y ánimo, en estos tiempos diluviosos.

jueves, 3 de mayo de 2012

¡No más rayas por favor!


Con mi blusa marinera en el 2009, cuando las rayas
todavía no eran una amenaza


Desde hace un año soy víctima de las rayas.  Todo empezó en diciembre del 2011, cuando vi una playera de París. Me enamoré de ella. La vi en exhibición en los pasillos del Centro Comercial Stücki, en Basilea,, de la marca Hallhuber.  Ahí empezó está adicción en forma oficial.

Pocas veces había comprado una prenda de este diseño. Siempre había preferido las rayas verticales, en comparación con las horizontales. Pero si ustedes están de acuerdo conmigo, la moda nos invadió con esta tendencia.  Rayas por dóndequiera, en especial, playeras blancas con líneas en azul marino. La playera de manga larga, de color beige con líneas delgadas de color rojo, que compré en Hallhuber, tenía un elemento especial que llamó mi atención: la Torre Eifel, de la cual soy admiradora. París siempre me trae muy bonitos recuerdos.


Con esta playera empezó todo


En fin, así lo dejamos. Todo era inofensivo.  Pasó el tiempo e inconscientemente fui adquiriendo nuevas prendas. Una de cuello tortuga, calientita, especial para el invierno, con el logotipo de la compañía Esprit. Después, otra de la tienda Manor, en color vino. De rayas, por supuesto. Después vi otro diseño de invierno en blanco con negro, y también con la Torre Eifel, de la compañía Veillon, cuyos productos sólo se pueden adquirir por catálogo.

Pero la que más me acompañó, fue la playera en color blanco con rayas en azul, estilo marinero del Esprit. fue mi acompañante para los meses entre marzo y junio. Perfecta para mis chinos en beige, pantalón azul de gabardina y para mi pantalón blanco. Tanto me gusta, que ahora mismo la tengo puesta. También es comodísima.

Mi playera marinera favorita.
 Con ella me fui a dar una caminata familiar,
por un cerro de Basilea. En Liestal


Todas las prendas de rayas vienen a mi mente. Hace un par de años me compré una playera estilo marinera de la compañía Alba Moda, también de una venta por catálago. Todavía la tengo y es blanca y de rayas un poco más gruesas en color rojo. En ese entonces, no tenía la fiebre de rayas, pero me gustó porque en el cuello tiene un ribete en color azul marino. Le da un aire muy marinero.

Y la moda sigue, ahora ya no es moda marinera, sino que le llaman New Maritim.  Y eso, ¿qué es? Pues son las mismas rayas horizontales, pero con una combinación de flores. O bien una mezcla del azul marino con nuevos colores. He comprado una playera para un pantalón fuscia que tiene rayas en azul marino, con fiuscia. En rayas gruesas y delgadas. También del Esprit

Y hasta en las vacaciones seguí comprando playeras de rayas. En Singapur, en el Centro Comercial Vivo City, entre a una tienda que nunca había visto. UNIQLO. El público de esta tienda, es más bien joven. Pero me encantó una blusa beige con rayas rojas delgadas. Obviamente la compré. Para variar, también me lleve una bufanda primaveral con un diseño de hojas en color naranja y verde, perfecto para las mañanas frescas de la primavera y el otoño.

Un poco de color primaveral con este
accesorio de UNIQLO


Fue tan divertido ir a comprar a UNIQLO, se los aseguro. Cuando terminé de pagar, todos los jovencitos y jovencitas que trabajan en esta sucursal de Singapur, me gritaron al unísono: ¡Gracias por comprar con nosotros! ¡Qué tengas un buen día! Solamente por este detalle, vale la pena darse una vuelta por la tienda. ¿A poco no?

Sí, caí en una obsesión. ¿Le sigo? Pues aquí les va. Hace un año compré una falda circular con rayas asimétricas de la compañía Heine. En color beige y negro. La estrené cuando mi hija mayor actuó como Mogli, el del Libro de la Selva, en su despedida del jardín de niños. Es un estilo muy favorecedor por las rayas asimétricas. La combiné con una playera negra y unas sandalias del mismo color.

Para una reunión familiar del lado de mi marido, me compré un saco de rayas de la marca Gerry Weber. Se puede combinar con pantalones blanco o azules y me sirve mucho en el verano, cuando en la noche ya está fresco.  Las rayas son verticales en azul marino. El saco es blanco y muy cómodo.
Definitivamente, debo cambiar de rumbos. Ya no cabe una raya más en mi armario.


Casi se me olvida incluir este suéter en la lista


Pero necesito decir que este saco, es mi saco de la suerte. Cuando fuimos de vacaciones en el verano del 2011 en Dubái. Llegamos y nos formamos para pasar la aduana. Había muchísimos turistas y habitantes de esta ciudad, que estaban en las filas de inmigración. De repente, un empleado con su tradicional atuendo árabe, nos dijo que lo acompañáramos y nos pasó así nada más, sin hacer fila, al siguiente escritorio para que nos revisaran nuestros pasaportes. Definitivamente, este saco de rayas, estilo marinero, es mi saco de la suerte.


El saco de la suerte. Siempre lo tendré a la mano
¿Te acuerdas mamá?


Pero el colmo de los colmos, fue un vestido. Si se han dado cuenta, la combinación azul marino y verde, está haciendo de las suyas por todos lados. Pues resulta que la compañía Peter Hahn, que vende en establecimientos y por catálago, me envió un regalo de treinta porciento de descuento. Más si a esto le añadimos el quince porcierto de descuento por sus décimo aniversario, sale sobrando que les diga que fue un súper ahorro cuando encargué un vestido de la marca Betty Barclay, con las características que les platiqué.

¿Y por qué precisamente compré ese vestido de rayas azules y verdes? Pues porque cuando fui de vacaciones a Dubái, compré el saco en el mismo diseño, en la tienda Betty Barclay de uno de sus centros comerciales. No pude resistirme a esta combinación de colores. Así es que tenía una combinación de ensueño, al menos para su servidora y es mi regalo de cumpleaños por adelantado. ¿Cómo iba a dejar que se me fuera de las manos la oportunidad de combinar el vestido con este saquito?


¡Bienvenidos los lunares!


Pero ya no se puede más. ¡Adiós a las rayas, ni una más! Cómo diría una compañerita americana de mi clase de yoga, Welcome to the polka dots! Sí, ¡bienvenidas las prendas con con lunares! Y para empezar, ya compré una blusa de manga larga blanca, de algodón con lunares azules. Chiquitos, casi desapercibidos. ¡Y a mitad de precio! Me gusta para ponérmela con mi pantalón verde, por aquéllo de la nueva combinación.  Y para el entretiempo, la podré combinar con una chaqueta de mezclilla.


Sí, adiós rayas. ¡Bienvenido todo lo que sea! Desde florecitas hasta diseños geométricos. ¡Ni una más! Pero, ¿saben una cosa?  A mi marido le hace falta una playera de manga larga con rayitas azules, de estilo marinero, y ya vi una en el Internet. ¿Quién más quiera su playerita marinera?


miércoles, 21 de marzo de 2012

¡Hasta que nos encontramos!

En esta edición de De la moda, lo que te acomoda o te enamora, les quiero platicar del último recuerdito que compré ahora que fui de vacaciones. Fue un pequeño regalito que me hice y que lo andaba buscando desde hace mucho tiempo. Desde hace tres años, para ser exacta. De nuevo aquí el refrán de a quién madruga, Dios lo ayuda.

Les voy a platicar la historia.

Resulta que hace tres años viajamos a Asia, a la ciudad de Hong Kong, a través de Lufthansa, y mientras hojeaba su catálogo de compras, me encontré con una belleza de collar y pulsera. Resulta que eran un producto de la compañía italiana de Antica Murrina.  Perlas de vidrio de diferentes colores, con baño de oro que prometían engalanar el cuello o la muñeca de quien las poseyera.

En ese momento, dejé pasar mi oportunidad durante el vuelo Alemania-China. - Ya los compraré en mi vuelo de regreso. ¿Y en el vuelo de regreso a Suiza? Pues claro que me dormí mientras vendían el famoso Duty Free y cuando desperté mi esposo me tranquilizó diciéndome que las podría comprar en el Internet, en la página de Lufthansa.

Llegamos a Basilea, pasó la euforia del viaje y poco a poco fue volviendo la normalidad a nuestras vidas. La rutina regresó y un día me acordé de Frida. Sí, así se llama el modelo de la compañía veneciana que me gustó.

A paso veloz, organicé mi búsqueda por el catálogo electrónico de Lufthansa. Sorpresa, esa era una oferta exclusiva de la venta en el avión, Inflight Shopping. Caramba y recontrarecórcholis, ya me amolé, me decía para mis adentros. Ni modo, a buscarle en la red o en el próximo viaje en cualquier vuelo de Lufthansa.

Y el pobre marido tenía la misión especial cada vez que viajaba de Basilea a Alemania por Lufthansa. Y de Basilea a cualquier otra ciudad de Europa. ¡Pobre! Hasta le encomendé la búsqueda en las tiendas de los aeropuertos. Pero no, siempre regresaba con la mala noticia. No, no hay esa oferta en el catálago.
- Búscala en Internet, igual y te mandan el juego a Suiza, me consolaba.


Con mi collar Frida

Paso un año y resulta que al aniversario del vuelo Basilea-Hong Kong, se nos ocurre volver a visitar este país de Asia, junto con Malasia. Hicimos los preparativos, y ahí iba yo muy contenta, pensando en Frida, el modelo de la serie Evergreen Heritage que me enamoró desde que lo vi.

Pues ni tardé un minuto en buscar el catálogo de Inflight Shopping. Lo hojeaba con ansia, emocionada, ay, pero si ya sentía las perlitas de vidrio en mi cuellito. Oh, oh, ya lo habían sacado del catálogo. Recontra y mil recontrachin, se me fue por lenta. Ni hablar, tendría que esperar otra vez más. ¡Adiós Frida!

Cada vez que podía, me metía a la red a buscar a Frida por todos lados. En las páginas virtuales suizas y en las alemanas. Parecía que tendría que ir a Italia, a Venecia, especialmente para adquirir un juego de esta joyería. Italia, amore mio, andiamo!

En el 2010 fuimos a Florencia. ¿Ustedes creen que me acordé de Frida?  Para nada, en mi mente sólo paseaban todas las bolsas imaginables de este mundo. Resulta que Florencia es la señora de las ventas en bolsas, porque tienen muy buenos precios, son de piel y con diseño italiano. ¡Mamma mia, qué bellezas! Frida se me olvidó por completo.

La realidad estaba por cambiar, pues resulta que este año, en febrero del 2013, el tercero desde la primera visita a China, el itinerario cambio. Singapur estaba en la mira, con la aerolínea de Emirates. Estábamos emocionados para irnos de  vacaciones.

Abordamos el avión, todo era nuevo. Nunca habíamos volado con esta aerolínea árabe. Nuestro primer destino, era el Aeropuerto de Dubái, en los Emiratos Arabes Unidos. Una escala antes del viaje Asia Express.

Por curiosidad abro el catálogo de su Duty Free. Mis ojos no lo podían creer. ¡Encontré a Frida! Ahí estaba el juego de collar y pulsera, en los mismos colores, porque hay varios modelos. Ahora sí Frida, te compraré inmediatamente.

En Emirates te dan al principio del viaje, tres etiquetas para que las pegues en tu asiento. La primera es de no molestar, la segunda, despiértenme para la comida, y la tercera, despiértenme para el shopping. Y bueno, pues inmediatamente pegué esta última. Se los juro, no los estoy engañando, esas etiquetas existen.

Pasó el tiempo y el carrito de compra nunca regresó. Pensé que se había quedado todo el tiempo en el área de Primera Clase o de Business, nunca regresó a la Clase Económica. Las azafatas tenían mucha chamba con los riquillos del avión y no llegaron a nuestra clase.

Ya cuando íbamos a aterrizar, una señora se peleó con todas las azafatas porque no le querían vender un producto del Duty Free. Alcancé a escuchar que le argumentaban que ya estábamos por llegar al destino y que había que permanecer sentados. Pues para no hacer tan largo este cuento, les digo que la señora obtuvo lo que quisó, después de hablar con tres encargados de vuelo, tuvo su bolsita de compras. La verdad que me pareció un muy buen servicio, aunque ya no estaba permitido y bueno, la pasajera exageró un poco.

Nosotros no quisimos hacer un teatro y mi esperanza estaba en el vuelo Dubái Singapur.  De todas maneras buscamos por los locales del aeropuerto de Dubái por si acaso encontraba el modelito. Subimos al siguiente avión que nos llevaría a Singapur y sí, ahí estaba. ¡Frida, hasta que nos encontramos! Ah, no me cansaba de ver la pulsera y el collar. Era mi regalo adelantado de cumpleaños. ¡Ahora o nunca!, pensé.

Y así acabo esta historia de amor. Si un día andan por Venecia u otra ciudad italiana, no duden en ir a buscar esta tienda. Mi collar tuvo un  precio accesible, apróximadamente 90 francos suizos.
Esta ciudad del norte de Italia, es famosa por sus artesanías en vidrio. Murano es el vídrio artesanal, cuyo nombre procede de esta parte de la ciudad del mismo nombre. Cuando la visitamos, estaba embarazada de mi segunda hija y me compré dos anillos con una piedra de Murano en azul y en rojo. Los anillos no son ni de oro ni de plata, pero son mis tesoros. Me fascina el terminado del producto.

Aquí les dejo una imagen de su servidora con mi collar Frida. Tres años tuve que esperar para ponermelo. También les quiero compartir la página de Antica Murrina. Todo un homenaje a la belleza italiana.

http://www.anticamurrina.com/it/anticamurrina_mission.php


Hasta luego y nos vemos en el próximo De la moda, lo que te acomoda o te enamora.

jueves, 16 de febrero de 2012

Al que madruga, Dios lo ayuda

¡Hola!, ¿cómo están? ¿Pasando fríos y envueltos en su chaqueta de pluma de ganso, gorra y bufanda, como yo? ¡Ah y también con guantes!, claro. Pues así estoy escribiendo. Bueno, no es para tanto, gracias a la calefacción en este invierno suizo.

Pues con toda mi indumentaria invernal, la semana pasada me fui a buscar una chaqueta de entretiempo para las hijas. Resulta que haremos un viaje a un lado de la tierra, dónde el clima oscila entre los 20 y los 35 grados y todas estas prendan de invierno nos estorban. Las chaquetas no era para mí, sino para mis hijas. Mi esposo y yo ya tenemos una y ustedes saben, el desarrollo de los hijos no es gradual la mayoría del tiempo, a veces es drástico y amerita renovarles el guardaropa.

Pero ¿para qué una chaqueta si lo único que necesitamos es ropa veraniega y las indispensables sandalias? Bueno, como mamá complicada que soy, no quiero que mis hijas se enfríen del tramo casa-estación de tren-aeropuerto. Viajamos con el taxi a la estación del tren de Basilea, que por suerte no está muy lejos de nuestro hogar, para luego continuar en tren hasta la ciudad de Zurich y de ahí volaremos a un país asiático.


Chaquetas de H&M: un total lo que te acomoda y te enamora


Obviamente una chaqueta ligera es la ideal para el avión. ¿Qué vamos a hacer durante el viaje con las chaquetas de este invierno siberiano? Pues arruinarnos la maletas entre destino y destino. Así es que sin más preámbulos, me fui a la búsqueda de dos prendas de entretiempo para mis querubinas. Unas ligeritas, pero calientes que serían la compañía perfecta para la gorra, bufanda y guantes, claro. Por aquéllo de las corrientes.

Ya había visto unas en la tienda archirecontrareconocida por todos nosotros. H&M, en rosa. Y es que no tengo nada contra este divino color, pero ustedes saben, cuando nace la niña, el rosa es maravilloso, por eso de la orientación, y que no se confundan con que es niño o niña. Después de unos meses, el rosa cansa. Pues ese es mi caso. El rosa no está prohibido con dos niñas, pero por favor, un poco de variación.

Así es que llegué a la sucursal de Claraplatz, en Basilea. Mis ojos no lo podían creer cuando vi el mismo modelo, pero en azul marino. Maravilloso, ni lo pensé dos veces. Nada de meditar. ¡Al que madruga Dios lo ayuda! Si te esperas y regresas otro día, pues pobre de ti, porque otra mamá se lo llevó. Ah, me fui muy contenta a pagar a la caja. ¿Y el precio? Nada más y nada menos que 29 francos suizos. ¡Oyéme!, ¡más barato que una pieza de la nueva colección de ropa interior de David Beckham¡ Bueno uno de sus modelitos que lanzó para H&M cuesta 24 francos. Creo que por su función, las chaquetas fueron una ganga. Son drapeadas y calientitas. Sólo necesitan sus sudaderas de tela polar y listo, mis nenas ya están protegidas para el frío de 10 minutos que nos espera entre trasbordar el taxi y el tren. Y bueno, para alguna que otra instalación con aire acondicionado.  Uno nunca sabe, siempre andan por ahí turistas acalorados que piden su clima, aunque no sea necesario.

Esto me lleva a comentarles también, mi nueva adquisición.

Hace poco leí en el periódico 20 Minuten, el problema de la moda en Suiza. Resulta que las tiendas, como ahora, ya liquidaron toda la mercancía de temporada y están preparando en sus escaparates la de la siguiente.  A mí me fue de maravilla, porque conseguí las chaquetas que andaba buscando, pero ¿qué tal si te quedaste sin un abrigo que andabas buscando, o a tu hijito se le perdió un guante y tienes que comprarle otro? Creo que esas chaquetas pronto se acabaran. Recordemos que en Europa, necesitas como cuatro diferentes. Que si para el invierno, que si para la primavera, que si para la lluvia, que si para el invierno con lluvia, que si para el otoño sin lluvia, en fin, no acabamos. Claro que hay multifuncionales, como las famosas de Jack Wolfskin, que le quitas y le pones la segunda chaquetita de tela polar.

En el susodicho foro de lectores, había quejas de los consumidores sobre el sistema de ventas en este país. La mercadotecnia dicta la pauta de compra a los consumidores. La ropa de temporada tiene que hacer lugar muy pronto en los estantes a la mercancía de la siguiente. Incluso, la famosa cadena sueca de H&M, ya ofrece la moda en traje de baño para niñas. Por suerte, no necisitaba ninguno para mis hijas.

Pues no hay más que hace uso de aquél dicho de a quién madruga, Dios lo ayuda. Sí, en mis años de vivir en este continente Europeo, he aprendido que no puedes meditar por mucho tiempo una compra. Si vas a la tienda y te gusta algo, pues cómpralo, porque cuando regreses, no lo encontraras. Mejor ahorra en otra cosa, pero no en esa blusa que acabas de ver y que puede que se te vaya de las manos.


Ballerinas de Tamaris, un lo que te acomoda


Eso fue lo que me pasó hoy. Hoy por la mañana, me fui a buscar el remplazo de la lámpara de nuestra recámara en el MParc, y cuando bajaba las escaleras, un par de zapatos estilo ballerina, me hablaron. En color rojo. No era mi plan, pero ahí estaba yo en la zapatería Fricker, buscando mi número y ¡lotería!, si había, seguro los acababan de poner. Así es que, usando mi frase favorita, me los probé y los compré.
Además, por 89 francos suizos, no me puedo quejar. De esta forma, ya tengo mis zapatos en un rojo-scarlett. Es color es casi como el nombre de mi labial favorito.


Mi pantalón. St Oliver.  Fue un: lo que te enamora

¿Ustedes lo ven? Este frío no me deja pensar en gris, ni en negro. ¡No señor, pienso en colores!, como hace dos semanas cuando me compré mi pantalón verde bandera. Mi marido se fue al piso, cuando lo vio, y me preguntó ¿de verdad te lo vas a poner? Pero a mi amiga italiana le encantó. Ustedes saben, ¡hombres!

Por lo pronto les dejo estas fotitos de los tres susodichos artículos. Disfruten el calor, si lo tienen y aguanten corazones, si viven en un clima como yo. Pronto nos visita de nuevo la señora y el señor primavera-verano.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Las botas de nieve

A partir de hoy empiezo este blog sobre moda. No soy diseñadora, modista, ni estilista, pero soy una mujer y me encanta comprar piezas para mi guardaropa. Desde que soy mamá, no puedo evitarlo y siempre es una ilusión vestir a mis dos pequeñas señoritas. Tengo suerte, porque hasta ahora se dejan aconsejar. Incluso a mi marido le gusta que lo asesore en su indumentaria.

Como comunicóloga, lo que sí creo y defiendo, es que nuestro guardaropa es una manera de expresarse o dejar de expresarse.

Me es claro que existen otros temas menos frívolos y serios. Como mamá, la adquisición de prendas siempre es un tema y una preocupación. Siempre trató de comprar lo mejor para las hijas, cosas que realmente sean prácticas y que duren, para que la hermana menor también las use. Trato de no comprar por la apariencia, sino por los términos de uso, y claro, de calidad y a un buen precio. Las mamás me entenderán. Si viven en Europa, podrán darme la razón, de que al año se necesitan como unos cuatro tipos de chaqueta. De invierno, de verano, de primavera, de otoño. En fin, ya con eso se está entreteniendo una.

En este lugarcito cibernético, compartiré con ustedes mis experiencias sobre las adquisiciones que vaya haciendo. Es cierto aquel dicho de que de la moda, lo que te acomoda, pero yo le agregaría también, lo que te enamora. A veces nos pasa, que aunque sabemos que aquéllos zapatos no nos vayan bien a nuestras características físicas o de personalidad, acaben haciendo fila en la caja de la tienda, simplemente por el hecho de que nos hemos enamorado de ellos. Todos tratamos de comprar inteligentemente los objetos, aunque quizá acabemos en una mala compra. Esto puede suceder de vez en cuando.




Hoy comparto con ustedes estas botas. Las compré sin importarme mucho el color. Las vi en la zapatería y no les pude quitar los ojos. Hasta ahora las he usado en este invierno europeo siberiano, y son súper calientitas. Además, la sal que hace dura la nieve, para no resbalarse, no me las puede manchar, porque son blancas. Una vez tuve unas cafés, de ante, que con tanta sal, acabaron siendo de un color más claro.

Si hubiera escogido con el cerebro, no las hubiera comprado blancas, porque cuando la nieve envejece, se mezcla con el polvo y deja de ser blanca, para convertirse en lodo helado. Ni hablar, espero que me duren por mucho tiempo. Por lo pronto, soy feliz en las calles de Basilea, Suiza, caminando con mis pies bien calientitos. Son de la marca alemana KangaROOS, con tecnología Roostex, impermeables. Lo mejor de todo, con descuento. De 100 a 80 francos. Las compré en la tienda Ochnner Schuhe y tenía un bono. Estoy contenta con el producto. En primera instancia, las compré para las vacaciones de Navidad en las montañas suizas.

Las primeras botas que tuve, que por cierto, están en el sótano para emergencias, son negras, muy equis, pero prácticas. Se podría pensar que son de caballero. Hace dos años me rebelé y compré unas rojas de la marca Tamaris. Sí que resaltaban en la nieve. Por lo pronto puedo decir, que las botas de nieve, sí son útiles para caminar, ya sea en la montaña o en la ciudad, porque nos evitan peligrosas caídas. Y es que algunas mañanas de invierno, la nieve se queda como pista de patinaje. Aún y con zapato especial, se puede resbalar. Para eso hay cadenitas que se ponen en los zapatos. Mis suegros las usan. Ya las usaré algún día, cuando mis huesos no se puedan dar el lujo de una caída.

Esto es todo por hoy en esta primera edición. Quizá ustedes también quieran compartir conmigo sus experiencias en la moda, sus gustos y disgustos. Les deseo una bonita semana y hasta la próxima con más de De la moda, lo que te acomoda o te enamora. ¡Que se diviertan buscando sus combinaciones o sus nuevas adquisiciones!