jueves, 3 de mayo de 2012

¡No más rayas por favor!


Con mi blusa marinera en el 2009, cuando las rayas
todavía no eran una amenaza


Desde hace un año soy víctima de las rayas.  Todo empezó en diciembre del 2011, cuando vi una playera de París. Me enamoré de ella. La vi en exhibición en los pasillos del Centro Comercial Stücki, en Basilea,, de la marca Hallhuber.  Ahí empezó está adicción en forma oficial.

Pocas veces había comprado una prenda de este diseño. Siempre había preferido las rayas verticales, en comparación con las horizontales. Pero si ustedes están de acuerdo conmigo, la moda nos invadió con esta tendencia.  Rayas por dóndequiera, en especial, playeras blancas con líneas en azul marino. La playera de manga larga, de color beige con líneas delgadas de color rojo, que compré en Hallhuber, tenía un elemento especial que llamó mi atención: la Torre Eifel, de la cual soy admiradora. París siempre me trae muy bonitos recuerdos.


Con esta playera empezó todo


En fin, así lo dejamos. Todo era inofensivo.  Pasó el tiempo e inconscientemente fui adquiriendo nuevas prendas. Una de cuello tortuga, calientita, especial para el invierno, con el logotipo de la compañía Esprit. Después, otra de la tienda Manor, en color vino. De rayas, por supuesto. Después vi otro diseño de invierno en blanco con negro, y también con la Torre Eifel, de la compañía Veillon, cuyos productos sólo se pueden adquirir por catálogo.

Pero la que más me acompañó, fue la playera en color blanco con rayas en azul, estilo marinero del Esprit. fue mi acompañante para los meses entre marzo y junio. Perfecta para mis chinos en beige, pantalón azul de gabardina y para mi pantalón blanco. Tanto me gusta, que ahora mismo la tengo puesta. También es comodísima.

Mi playera marinera favorita.
 Con ella me fui a dar una caminata familiar,
por un cerro de Basilea. En Liestal


Todas las prendas de rayas vienen a mi mente. Hace un par de años me compré una playera estilo marinera de la compañía Alba Moda, también de una venta por catálago. Todavía la tengo y es blanca y de rayas un poco más gruesas en color rojo. En ese entonces, no tenía la fiebre de rayas, pero me gustó porque en el cuello tiene un ribete en color azul marino. Le da un aire muy marinero.

Y la moda sigue, ahora ya no es moda marinera, sino que le llaman New Maritim.  Y eso, ¿qué es? Pues son las mismas rayas horizontales, pero con una combinación de flores. O bien una mezcla del azul marino con nuevos colores. He comprado una playera para un pantalón fuscia que tiene rayas en azul marino, con fiuscia. En rayas gruesas y delgadas. También del Esprit

Y hasta en las vacaciones seguí comprando playeras de rayas. En Singapur, en el Centro Comercial Vivo City, entre a una tienda que nunca había visto. UNIQLO. El público de esta tienda, es más bien joven. Pero me encantó una blusa beige con rayas rojas delgadas. Obviamente la compré. Para variar, también me lleve una bufanda primaveral con un diseño de hojas en color naranja y verde, perfecto para las mañanas frescas de la primavera y el otoño.

Un poco de color primaveral con este
accesorio de UNIQLO


Fue tan divertido ir a comprar a UNIQLO, se los aseguro. Cuando terminé de pagar, todos los jovencitos y jovencitas que trabajan en esta sucursal de Singapur, me gritaron al unísono: ¡Gracias por comprar con nosotros! ¡Qué tengas un buen día! Solamente por este detalle, vale la pena darse una vuelta por la tienda. ¿A poco no?

Sí, caí en una obsesión. ¿Le sigo? Pues aquí les va. Hace un año compré una falda circular con rayas asimétricas de la compañía Heine. En color beige y negro. La estrené cuando mi hija mayor actuó como Mogli, el del Libro de la Selva, en su despedida del jardín de niños. Es un estilo muy favorecedor por las rayas asimétricas. La combiné con una playera negra y unas sandalias del mismo color.

Para una reunión familiar del lado de mi marido, me compré un saco de rayas de la marca Gerry Weber. Se puede combinar con pantalones blanco o azules y me sirve mucho en el verano, cuando en la noche ya está fresco.  Las rayas son verticales en azul marino. El saco es blanco y muy cómodo.
Definitivamente, debo cambiar de rumbos. Ya no cabe una raya más en mi armario.


Casi se me olvida incluir este suéter en la lista


Pero necesito decir que este saco, es mi saco de la suerte. Cuando fuimos de vacaciones en el verano del 2011 en Dubái. Llegamos y nos formamos para pasar la aduana. Había muchísimos turistas y habitantes de esta ciudad, que estaban en las filas de inmigración. De repente, un empleado con su tradicional atuendo árabe, nos dijo que lo acompañáramos y nos pasó así nada más, sin hacer fila, al siguiente escritorio para que nos revisaran nuestros pasaportes. Definitivamente, este saco de rayas, estilo marinero, es mi saco de la suerte.


El saco de la suerte. Siempre lo tendré a la mano
¿Te acuerdas mamá?


Pero el colmo de los colmos, fue un vestido. Si se han dado cuenta, la combinación azul marino y verde, está haciendo de las suyas por todos lados. Pues resulta que la compañía Peter Hahn, que vende en establecimientos y por catálago, me envió un regalo de treinta porciento de descuento. Más si a esto le añadimos el quince porcierto de descuento por sus décimo aniversario, sale sobrando que les diga que fue un súper ahorro cuando encargué un vestido de la marca Betty Barclay, con las características que les platiqué.

¿Y por qué precisamente compré ese vestido de rayas azules y verdes? Pues porque cuando fui de vacaciones a Dubái, compré el saco en el mismo diseño, en la tienda Betty Barclay de uno de sus centros comerciales. No pude resistirme a esta combinación de colores. Así es que tenía una combinación de ensueño, al menos para su servidora y es mi regalo de cumpleaños por adelantado. ¿Cómo iba a dejar que se me fuera de las manos la oportunidad de combinar el vestido con este saquito?


¡Bienvenidos los lunares!


Pero ya no se puede más. ¡Adiós a las rayas, ni una más! Cómo diría una compañerita americana de mi clase de yoga, Welcome to the polka dots! Sí, ¡bienvenidas las prendas con con lunares! Y para empezar, ya compré una blusa de manga larga blanca, de algodón con lunares azules. Chiquitos, casi desapercibidos. ¡Y a mitad de precio! Me gusta para ponérmela con mi pantalón verde, por aquéllo de la nueva combinación.  Y para el entretiempo, la podré combinar con una chaqueta de mezclilla.


Sí, adiós rayas. ¡Bienvenido todo lo que sea! Desde florecitas hasta diseños geométricos. ¡Ni una más! Pero, ¿saben una cosa?  A mi marido le hace falta una playera de manga larga con rayitas azules, de estilo marinero, y ya vi una en el Internet. ¿Quién más quiera su playerita marinera?