miércoles, 21 de marzo de 2012

¡Hasta que nos encontramos!

En esta edición de De la moda, lo que te acomoda o te enamora, les quiero platicar del último recuerdito que compré ahora que fui de vacaciones. Fue un pequeño regalito que me hice y que lo andaba buscando desde hace mucho tiempo. Desde hace tres años, para ser exacta. De nuevo aquí el refrán de a quién madruga, Dios lo ayuda.

Les voy a platicar la historia.

Resulta que hace tres años viajamos a Asia, a la ciudad de Hong Kong, a través de Lufthansa, y mientras hojeaba su catálogo de compras, me encontré con una belleza de collar y pulsera. Resulta que eran un producto de la compañía italiana de Antica Murrina.  Perlas de vidrio de diferentes colores, con baño de oro que prometían engalanar el cuello o la muñeca de quien las poseyera.

En ese momento, dejé pasar mi oportunidad durante el vuelo Alemania-China. - Ya los compraré en mi vuelo de regreso. ¿Y en el vuelo de regreso a Suiza? Pues claro que me dormí mientras vendían el famoso Duty Free y cuando desperté mi esposo me tranquilizó diciéndome que las podría comprar en el Internet, en la página de Lufthansa.

Llegamos a Basilea, pasó la euforia del viaje y poco a poco fue volviendo la normalidad a nuestras vidas. La rutina regresó y un día me acordé de Frida. Sí, así se llama el modelo de la compañía veneciana que me gustó.

A paso veloz, organicé mi búsqueda por el catálogo electrónico de Lufthansa. Sorpresa, esa era una oferta exclusiva de la venta en el avión, Inflight Shopping. Caramba y recontrarecórcholis, ya me amolé, me decía para mis adentros. Ni modo, a buscarle en la red o en el próximo viaje en cualquier vuelo de Lufthansa.

Y el pobre marido tenía la misión especial cada vez que viajaba de Basilea a Alemania por Lufthansa. Y de Basilea a cualquier otra ciudad de Europa. ¡Pobre! Hasta le encomendé la búsqueda en las tiendas de los aeropuertos. Pero no, siempre regresaba con la mala noticia. No, no hay esa oferta en el catálago.
- Búscala en Internet, igual y te mandan el juego a Suiza, me consolaba.


Con mi collar Frida

Paso un año y resulta que al aniversario del vuelo Basilea-Hong Kong, se nos ocurre volver a visitar este país de Asia, junto con Malasia. Hicimos los preparativos, y ahí iba yo muy contenta, pensando en Frida, el modelo de la serie Evergreen Heritage que me enamoró desde que lo vi.

Pues ni tardé un minuto en buscar el catálogo de Inflight Shopping. Lo hojeaba con ansia, emocionada, ay, pero si ya sentía las perlitas de vidrio en mi cuellito. Oh, oh, ya lo habían sacado del catálogo. Recontra y mil recontrachin, se me fue por lenta. Ni hablar, tendría que esperar otra vez más. ¡Adiós Frida!

Cada vez que podía, me metía a la red a buscar a Frida por todos lados. En las páginas virtuales suizas y en las alemanas. Parecía que tendría que ir a Italia, a Venecia, especialmente para adquirir un juego de esta joyería. Italia, amore mio, andiamo!

En el 2010 fuimos a Florencia. ¿Ustedes creen que me acordé de Frida?  Para nada, en mi mente sólo paseaban todas las bolsas imaginables de este mundo. Resulta que Florencia es la señora de las ventas en bolsas, porque tienen muy buenos precios, son de piel y con diseño italiano. ¡Mamma mia, qué bellezas! Frida se me olvidó por completo.

La realidad estaba por cambiar, pues resulta que este año, en febrero del 2013, el tercero desde la primera visita a China, el itinerario cambio. Singapur estaba en la mira, con la aerolínea de Emirates. Estábamos emocionados para irnos de  vacaciones.

Abordamos el avión, todo era nuevo. Nunca habíamos volado con esta aerolínea árabe. Nuestro primer destino, era el Aeropuerto de Dubái, en los Emiratos Arabes Unidos. Una escala antes del viaje Asia Express.

Por curiosidad abro el catálogo de su Duty Free. Mis ojos no lo podían creer. ¡Encontré a Frida! Ahí estaba el juego de collar y pulsera, en los mismos colores, porque hay varios modelos. Ahora sí Frida, te compraré inmediatamente.

En Emirates te dan al principio del viaje, tres etiquetas para que las pegues en tu asiento. La primera es de no molestar, la segunda, despiértenme para la comida, y la tercera, despiértenme para el shopping. Y bueno, pues inmediatamente pegué esta última. Se los juro, no los estoy engañando, esas etiquetas existen.

Pasó el tiempo y el carrito de compra nunca regresó. Pensé que se había quedado todo el tiempo en el área de Primera Clase o de Business, nunca regresó a la Clase Económica. Las azafatas tenían mucha chamba con los riquillos del avión y no llegaron a nuestra clase.

Ya cuando íbamos a aterrizar, una señora se peleó con todas las azafatas porque no le querían vender un producto del Duty Free. Alcancé a escuchar que le argumentaban que ya estábamos por llegar al destino y que había que permanecer sentados. Pues para no hacer tan largo este cuento, les digo que la señora obtuvo lo que quisó, después de hablar con tres encargados de vuelo, tuvo su bolsita de compras. La verdad que me pareció un muy buen servicio, aunque ya no estaba permitido y bueno, la pasajera exageró un poco.

Nosotros no quisimos hacer un teatro y mi esperanza estaba en el vuelo Dubái Singapur.  De todas maneras buscamos por los locales del aeropuerto de Dubái por si acaso encontraba el modelito. Subimos al siguiente avión que nos llevaría a Singapur y sí, ahí estaba. ¡Frida, hasta que nos encontramos! Ah, no me cansaba de ver la pulsera y el collar. Era mi regalo adelantado de cumpleaños. ¡Ahora o nunca!, pensé.

Y así acabo esta historia de amor. Si un día andan por Venecia u otra ciudad italiana, no duden en ir a buscar esta tienda. Mi collar tuvo un  precio accesible, apróximadamente 90 francos suizos.
Esta ciudad del norte de Italia, es famosa por sus artesanías en vidrio. Murano es el vídrio artesanal, cuyo nombre procede de esta parte de la ciudad del mismo nombre. Cuando la visitamos, estaba embarazada de mi segunda hija y me compré dos anillos con una piedra de Murano en azul y en rojo. Los anillos no son ni de oro ni de plata, pero son mis tesoros. Me fascina el terminado del producto.

Aquí les dejo una imagen de su servidora con mi collar Frida. Tres años tuve que esperar para ponermelo. También les quiero compartir la página de Antica Murrina. Todo un homenaje a la belleza italiana.

http://www.anticamurrina.com/it/anticamurrina_mission.php


Hasta luego y nos vemos en el próximo De la moda, lo que te acomoda o te enamora.